Me pasé gran parte de los
veranos de mi adolescencia comiendo pipas, paseando arriba y abajo por la calle
principal del pueblo, o sentada en el amplio portal de alguna oficina bancaria. Charlando con mis amigas. No cabía plan
mejor. Qué lasitud.
veranos de mi adolescencia comiendo pipas, paseando arriba y abajo por la calle
principal del pueblo, o sentada en el amplio portal de alguna oficina bancaria. Charlando con mis amigas. No cabía plan
mejor. Qué lasitud.
De
vuelta olisqueo las vacaciones. Por cierto, “vacatio”, en latín, es la acción
de “vacare” que significa “estar vacío, desocupado”. Qué contradicción, si
todos queremos tener un plan. Estos días, cada reunión termina o empieza
contando los destinos, objetivos, ilusiones que tenemos para el descanso
estival. Los ojos se nos iluminan compartiendo lo que tenemos pensado. Unos se
embarcan en largos y exóticos viajes. Otros reparten las semanas con las familias
respectivas, en susceptible equilibrio. Y el resto, organiza excursiones,
deportes, o lucimiento del bikini –y las lorzas- en la playa. O una mezcla de
todo.
vuelta olisqueo las vacaciones. Por cierto, “vacatio”, en latín, es la acción
de “vacare” que significa “estar vacío, desocupado”. Qué contradicción, si
todos queremos tener un plan. Estos días, cada reunión termina o empieza
contando los destinos, objetivos, ilusiones que tenemos para el descanso
estival. Los ojos se nos iluminan compartiendo lo que tenemos pensado. Unos se
embarcan en largos y exóticos viajes. Otros reparten las semanas con las familias
respectivas, en susceptible equilibrio. Y el resto, organiza excursiones,
deportes, o lucimiento del bikini –y las lorzas- en la playa. O una mezcla de
todo.
Pero
hay que tener un plan. Es el motor, lo que nos da energía. Mi madre, en la
década de sus setenta, tiene un humor distinto en la charla telefónica diaria,
en función de si tiene algo o no. Una comida con amiguetes de su generación, la
visita de los nietos, lo que sea. Lo que nos entusiasma es la ilusión de hacer,
el objetivo, el conseguir, el disfrutar.
El “vacatio”, o la vida, son un vacío
infinito sin un propósito, un fin.
hay que tener un plan. Es el motor, lo que nos da energía. Mi madre, en la
década de sus setenta, tiene un humor distinto en la charla telefónica diaria,
en función de si tiene algo o no. Una comida con amiguetes de su generación, la
visita de los nietos, lo que sea. Lo que nos entusiasma es la ilusión de hacer,
el objetivo, el conseguir, el disfrutar.
El “vacatio”, o la vida, son un vacío
infinito sin un propósito, un fin.
Mi
amiga Rosana contó una vez que la
felicidad es como un cuadro impresionista, un montón de pinceladas dispersas,
enfrentadas y variadas, que adquieren sentido cuando uno toma distancia para
contemplar el conjunto. Me encantó la definición. El verano es un momento
idóneo para dar un paso atrás, y contemplar el lienzo que vamos pintando…al
menos el más reciente.
amiga Rosana contó una vez que la
felicidad es como un cuadro impresionista, un montón de pinceladas dispersas,
enfrentadas y variadas, que adquieren sentido cuando uno toma distancia para
contemplar el conjunto. Me encantó la definición. El verano es un momento
idóneo para dar un paso atrás, y contemplar el lienzo que vamos pintando…al
menos el más reciente.
Si
pienso qué pasó por mi vida en este último año, puedo creer que vivimos en un
país de chorizos, maleantes, cuatreros o timadores. No sé si alguno puede tirar
la primera piedra. Veo que algunos se nos han ido de viaje, no sé para cuándo
el billete de vuelta, por Europa o a las Américas, somos los nuevos
inmigrantes, más o menos cualificados. Respiro al pensar que ya no estamos
pendientes de la famosa “prima”, la de riesgo, ni del rescate, parece que ya no
viene Harrison Ford. Creo que nos están polarizando, entre los que quieren
independizarse y los que no, menuda comedura de coco.
pienso qué pasó por mi vida en este último año, puedo creer que vivimos en un
país de chorizos, maleantes, cuatreros o timadores. No sé si alguno puede tirar
la primera piedra. Veo que algunos se nos han ido de viaje, no sé para cuándo
el billete de vuelta, por Europa o a las Américas, somos los nuevos
inmigrantes, más o menos cualificados. Respiro al pensar que ya no estamos
pendientes de la famosa “prima”, la de riesgo, ni del rescate, parece que ya no
viene Harrison Ford. Creo que nos están polarizando, entre los que quieren
independizarse y los que no, menuda comedura de coco.
Si
contemplo a la luz del verano mi lienzo íntimo, siento que ha sido un año
cálidamente fugaz. Con noches de miel. Meses de pinceladas brillantes, las
cenas, las celebraciones, largas sobremesas, las perlas de reencontrar un viejo
amigo o de reconocerme en un desconocido. Añoro los grandes viajes, que siempre
dejan muescas en el recuerdo.
contemplo a la luz del verano mi lienzo íntimo, siento que ha sido un año
cálidamente fugaz. Con noches de miel. Meses de pinceladas brillantes, las
cenas, las celebraciones, largas sobremesas, las perlas de reencontrar un viejo
amigo o de reconocerme en un desconocido. Añoro los grandes viajes, que siempre
dejan muescas en el recuerdo.
Las
gotas de luz de mi cuadro las ponéis vosotros. Todos y cada uno de los que
estáis ahí, sois únicos. No hay dos personas iguales. Pensamos y sentimos, nos
expresamos, deseamos, sufrimos, entendemos, escuchamos, de una forma original,
exclusiva y única. Eso nos hacer ser preciosos, cual piedra de rio rodando,
puliendo sus cantos mientras brilla al sol. No mantengo una conversación igual a
otra, ni una mirada se repite, ni una emoción. Y eso me alegra cada día, es mi ilusión
cada mañana, y me energiza.
gotas de luz de mi cuadro las ponéis vosotros. Todos y cada uno de los que
estáis ahí, sois únicos. No hay dos personas iguales. Pensamos y sentimos, nos
expresamos, deseamos, sufrimos, entendemos, escuchamos, de una forma original,
exclusiva y única. Eso nos hacer ser preciosos, cual piedra de rio rodando,
puliendo sus cantos mientras brilla al sol. No mantengo una conversación igual a
otra, ni una mirada se repite, ni una emoción. Y eso me alegra cada día, es mi ilusión
cada mañana, y me energiza.
Mi
plan para llenar el “vacatio” es compartir, una vez más, el norte y el sur. Mis
raíces, viendo las telenovelas con mi madre, escuchando por enésima vez las
recetas de cocina que nunca voy a intentar, reconociéndome en sus canas, su
ímpetu y su alegría. En el sur, mucho tinto de verano, bikini –y lorzas-,
noches cálidas de amor, con compromiso, construyendo el día a día. Ese es mi
cuadro. Nos vemos a la vuelta.
plan para llenar el “vacatio” es compartir, una vez más, el norte y el sur. Mis
raíces, viendo las telenovelas con mi madre, escuchando por enésima vez las
recetas de cocina que nunca voy a intentar, reconociéndome en sus canas, su
ímpetu y su alegría. En el sur, mucho tinto de verano, bikini –y lorzas-,
noches cálidas de amor, con compromiso, construyendo el día a día. Ese es mi
cuadro. Nos vemos a la vuelta.